Es un hecho lamentable que la sociedad moderna haya dado lugar a una masiva difusión de dietas poco saludables. Ya sea por falta de tiempo para preparar las comidas adecuadas o por las propiedades adictivas de la comida rápida, la obesidad y otros muchos problemas de salud van en aumento.
Como siempre, una pizca de prevención puede evitar graves consecuencias. Por eso examinaremos brevemente un puñado de temas relevantes. Este artículo comenzará destacando algunas dietas que conviene evitar antes de pasar a analizar los posibles riesgos de unos malos hábitos nutricionales.
Dietas no saludables
Para que quede claro, no nos referimos a dietas temporales destinadas a favorecer la pérdida de peso (como una dieta cetogénica o el ayuno intermitente). En su lugar, revisaremos los malos hábitos nutricionales que pueden provocar complicaciones más graves.
Por ejemplo, la mayoría de los expertos coinciden en que las dietas ricas en azúcares procesados acaban causando problemas de salud. Lo mismo puede decirse de quienes consumen regularmente grasas saturadas y trans (estas repercutirán negativamente en los sistemas cardiovascular y circulatorio). Las dietas pobres en fibra también pueden provocar enfermedades crónicas como indigestión, obesidad, síndrome del intestino irritable (SII) e incluso cardiopatías.
La cuestión aquí es que muchos de los escenarios mencionados anteriormente están asociados con alimentos procesados (como la comida rápida) y comidas que contienen una gran cantidad de ingredientes artificiales. Al estar tan extendidos en los tiempos modernos, puede resultar bastante difícil evitarlos.
Ejemplo de malas dietas
Analicemos ahora un ejemplo real de lo que muchos expertos considerarían malas dietas. He aquí un desglose de tres comidas diarias que ofrecen poco en términos de valor nutritivo:
- Un desayuno consistente en huevos fritos, beicon, tostadas con mantequilla y un refresco.
- Pizza, hamburguesas o una comida procesada hecha para ser cocinada en el microondas para el almuerzo.
- Una cena de comida rápida seguida de un snack nocturno antes de acostarse.
Todos estos alimentos no sólo son ricos en grasas saturadas y colesterol, sino que ofrecen muy pocas vitaminas y nutrientes. Desgraciadamente, estos hábitos son adoptados actualmente por innumerables personas.
¿Qué problemas de salud pueden derivarse de unos hábitos poco saludables?
¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo de estos hábitos no saludables?
Aunque existen muchos riesgos potenciales para la salud, he aquí las consecuencias y enfermedades más graves causadas por hábitos poco saludables:
- Obesidad mórbida.
- Diabetes de tipo 2.
- Mala circulación que provoca edemas, trombosis venosas profundas e incluso la pérdida de extremidades.
- Hipertensión y cardiopatías.
- Caries dentales.
- Algunas formas de cáncer.
Las malas dietas pueden tener un profundo impacto en nuestro estilo de vida. Por ejemplo, quienes no obtienen cantidades suficientes de vitaminas y minerales son propensos a sufrir fatiga y letargo a lo largo del día. Esto hace que sea mucho menos probable que estén dispuestos a realizar ejercicio físico, lo que se traduce en un mayor aumento de peso y una probabilidad aún mayor de desarrollar enfermedades crónicas.
Los cinco alimentos menos saludables que es necesario evitar
Aunque puede que sea imposible evitar por completo las comidas poco saludables, sigue habiendo algunos alimentos malos que conviene destacar. He aquí cinco ejemplos principales:
- Comidas congeladas.
- Carnes procesadas.
- Postres fritos.
- Alimentos con cantidades masivas de sal (como las patatas fritas).
- Sustancias con altas concentraciones de azúcar refinado (galletas, helados y muchos tipos de cereales de desayuno).
Es mucho mejor optar por alternativas totalmente naturales y, al mismo tiempo, adoptar dietas donde se incluya frutas y verduras.
Modifica tu estilo de vida cuanto antes
No cabe duda de que puede resultar difícil cambiar hábitos alimentarios que pueden haber existido durante años o incluso décadas. Sin embargo, no hay mejor momento que el presente para empezar a adoptar un estilo de vida más saludable.
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