Las diferentes tasas de obesidad en el mundo
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Las tasas de obesidad en el mundo han adquirido dimensiones preocupantes en los últimos tiempos. Por ejemplo, en la actualidad se calcula que aproximadamente el 38% de la población mundial tiene sobrepeso. No obstante, es interesante señalar que el aumento de la obesidad (la proporción de individuos que son diagnosticados como clínicamente obesos) está cambiando según el lugar donde viven.
¿Qué tendencias han salido a la luz recientemente y cómo podrían influir en un futuro no muy lejano? Teniendo en cuenta que todos vivimos en una comunidad cada vez más internacional, es lógico que nos fijemos en ello.
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¿Qué país tiene más tasa de obesidad?
Muchos de nosotros automáticamente pensamos que los estadounidenses representan la población más obesa del planeta. Sin embargo, no es así. Los países con mayor tasa de obesidad son Nauru (61%), las Islas Cook (55,9%) y Palaos (55,3%). Aunque parezca mentira, Estados Unidos ocupa actualmente el puesto 12, con un 36,2%.
Además, las tasas de obesidad en los países que cuentan con una renta alta parecen estar estabilizándose. A primera vista, esto podría representar un indicio de que la población mundial ha empezado a llevar estilos de vida más saludables. Mientras que algunas naciones occidentales pueden estar experimentando una desaceleración, la obesidad en los países de bajos ingresos está aumentando. ¿Cuáles son algunas de las razones que se proponen para esta observación inicial?
La relación entre riqueza y obesidad
Un estudio ha descubierto que existe una relación positiva entre la obesidad y la riqueza. En realidad, esto tiene sentido si tenemos en cuenta que las naciones más empobrecidas son propensas a graves problemas de salud como la desnutrición, las enfermedades y la muerte prematura. En otras palabras, las variables medioambientales y económicas repercuten inevitablemente en el índice de masa corporal de una población determinada.
La cuestión es que muchos países que en un tiempo se asociaron con la pobreza extrema ahora están obteniendo acceso a recursos modernos al tiempo que se les dota de infraestructuras fiables. Al aumentar su renta, los consumidores tienen acceso a alimentos que antes habrían estado fuera de su alcance económico. Aunque se trata de una excelente noticia para la calidad de vida, es probable que haya un aumento de la obesidad y del sobrepeso en el mundo.
La obesidad extrema en el punto de mira
Ahora debemos abordar otra variable de esta ecuación. Mientras que las tasas de obesidad en países desarrollados como Estados Unidos y el Reino Unido pueden estar empezando a estabilizarse, no puede decirse lo mismo del sobrepeso. El sobrepeso se asocia a un índice de masa corporal (IMC) de 35 o más.
En la actualidad, se calcula que aproximadamente el 20% de la población estadounidense pertenece a esta categoría. Las cifras sugieren que esta proporción podría aumentar hasta un 36% si continúa la tendencia actual. Asimismo, se prevé que la obesidad en los países de renta alta (en general) se duplique en el mismo periodo de tiempo.
Poner de manifiesto una verdadera epidemia mundial
Son muchas las razones que pueden atribuirse a la actual pandemia de obesidad. Entre los factores aceptados se encuentran un estilo de vida más sedentario, mayores niveles de estrés emocional percibido y la prevalencia de alimentos procesados.
También hay que destacar que, en comparación con décadas anteriores, incluso los ciudadanos de países más pobres tienen un mayor acceso a alimentos hipercalóricos. Por ello, la población mundial está experimentando lo que algunos expertos del sector ya han denominado una “transición hacia la obesidad”.
¿Qué medidas pueden tomarse?
Obviamente, la intervención gubernamental es fundamental para regular los tipos de alimentos que se ofrecen a la población. La educación sobre la obesidad es otro enfoque poderoso y los niños deben ser conscientes de los riesgos asociados desde pequeños.
Sin embargo, cada uno es responsable de los alimentos que consume y de sus elecciones personales. Por eso se suele decir que la lucha contra la obesidad empieza a nivel personal. Adoptar una dieta equilibrada, hacer mucho ejercicio y controlar el estrés son estrategias eficaces. Las tecnologías de vanguardia, como el uso de un balón gástrico ajustable, también pueden ofrecer resultados impresionantes a quienes, de otro modo, se habrían topado con una barrera mental o física para perder peso, consíguelo ya en Spatz.
Por encima de todo, los gobiernos deben empezar a tratar las tendencias al sobrepeso como lo harían con cualquier otra enfermedad que amenace a una población. Esta es una de las únicas maneras de abordar de forma proactiva las tasas de obesidad en todo el mundo para garantizar un futuro brillante a las generaciones venideras.
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